Mientras tapeaba el otro día, y en un momento de delirio total, nos pusimos a hablar de las tonterías sexuales que se ven en las películas y claro, no podía dejar pasar la ocasión de escribirlo en mi pequeño espacio.
Hay una escena que es digna de analizar en la película "Nueve semanas y media". La escena se desarrolla en la cocina y Mickey Rourke (antes de ser comido por uno que ahora se hace llamar igual), se dedica a dar de comer a Kim Basinger (esa mujer que tenía gestos y parecía humana antes del botox), y digo dar de comer literalmente porque ella no puede utilizar las manos, normas del juego, uno de los muchos que se proponen en la cinta.
Pero hay un fallo en todo esto, en realidad dos, el país y la edad.
Respecto al país, hay que ser sinceros, en Estados Unidos, las neveras siempre tienen comida sugerente, ¿no os habéis fijado?. No sé porque, todos, pero todos los americanos tienen fresas en la nevera cuando surgen este tipo de escenas, sea la temporada que sea, además suelen tener champán, miel, pasta recién hecha, gelatina (esta es tan común como las fresas), tomates naturales y por supuesto nata. La cocina está como si hubiese hecho una visita el Don Limpio y no voy a mencionar el atuendo que suelen mostrar estas escenas, totalmente casual, ya sabéis, ella con la camisa de él, sólo la camisa y él sólo con el pantalón del pijama negro, de seda, descalzo y cortando lentamente la comida y ahhhh... ¡¡¡que me pierdo!!!!... respecto a lo que decíamos de la ropa, que yo voy así siempre.
Imaginaos esa misma escena "made in Spain" y aquí es donde viene el primero de los fallos. Él, en calzoncillos y por supuesto con los calcetines puestos (gracias César por tu aportación) y tú con el pijama que te regalaron en reyes, que es feo, si, lo sé, pero es tan calentitoooo. Llegas a la cocina y te pones tontorrona con el jueguecito a pesar de los calcetines y los calzoncillos y abres la nevera para recrear a Kim Basinger. En lugar de champán, tienes seven up y si tienes una suerte que no veas, sidra el gaitero. En lugar de fresas, tienes melocotones (que son de la temporada), en lugar de pasta, tienes medio cocido que sobró de ayer, la gelatina es un misterio que tienes pendiente y respecto a la nata, que tienes la certeza de que hay en la nevera, porque el otro día decidiste saltarte la dieta por octava vez esta semana y eso que estamos a miércoles, no la encuentras y cuando te pones a buscarla te das cuenta de que la tiene él vertiéndola directamente en su boca para comprobar cuanto cabe en ella de una sola vez.
Pero el segundo fallo creo que es aun peor porque tu punto de vista cambia dependiendo de la edad que tienes. Cuando yo vi esta escena por primera vez, fue algo que me propuse hacer en breve, porque era muy "cool", muy sexy...pero, no lo hice. Algunos años después, volví a verla y ya no me pareció tan sexy, de hecho sólo pensaba en cuanto tardaría en recoger toda la comida que estaba tirando y la guarrería que se quedaría en el suelo, y entonces pensé que no era el momento de hacerlo. Más tarde, hubo una nueva oportunidad de verla (es lo que tienen los clásicos) y según él ponía la comida en la boca de ella, yo en lugar de excitarme, iba contando las calorías ingeridas y entonces transformaba las fresas en pasas, el champán en agua, la gelatina en...gelatina, que no engorda, la pasta en pollo a la plancha y de la nata ni hablamos, vamos, que tampoco lo hice.
Total que las escenas de las películas son eso, escenas de películas, porque en la gran pantalla todo queda bien y el sexo, sexy y erótico, lo puedes encontrar en los sitios más inesperados, así que animaros que una nevera española, puede dar para mucho y si tiene fresas para mucho más.
Un saludo y sed buen@s...bueno, hoy, os dejo ser mal@s y se admiten comentarios con escenas que merezcan la pena analizar.
Hay una escena que es digna de analizar en la película "Nueve semanas y media". La escena se desarrolla en la cocina y Mickey Rourke (antes de ser comido por uno que ahora se hace llamar igual), se dedica a dar de comer a Kim Basinger (esa mujer que tenía gestos y parecía humana antes del botox), y digo dar de comer literalmente porque ella no puede utilizar las manos, normas del juego, uno de los muchos que se proponen en la cinta.
Pero hay un fallo en todo esto, en realidad dos, el país y la edad.
Respecto al país, hay que ser sinceros, en Estados Unidos, las neveras siempre tienen comida sugerente, ¿no os habéis fijado?. No sé porque, todos, pero todos los americanos tienen fresas en la nevera cuando surgen este tipo de escenas, sea la temporada que sea, además suelen tener champán, miel, pasta recién hecha, gelatina (esta es tan común como las fresas), tomates naturales y por supuesto nata. La cocina está como si hubiese hecho una visita el Don Limpio y no voy a mencionar el atuendo que suelen mostrar estas escenas, totalmente casual, ya sabéis, ella con la camisa de él, sólo la camisa y él sólo con el pantalón del pijama negro, de seda, descalzo y cortando lentamente la comida y ahhhh... ¡¡¡que me pierdo!!!!... respecto a lo que decíamos de la ropa, que yo voy así siempre.
Imaginaos esa misma escena "made in Spain" y aquí es donde viene el primero de los fallos. Él, en calzoncillos y por supuesto con los calcetines puestos (gracias César por tu aportación) y tú con el pijama que te regalaron en reyes, que es feo, si, lo sé, pero es tan calentitoooo. Llegas a la cocina y te pones tontorrona con el jueguecito a pesar de los calcetines y los calzoncillos y abres la nevera para recrear a Kim Basinger. En lugar de champán, tienes seven up y si tienes una suerte que no veas, sidra el gaitero. En lugar de fresas, tienes melocotones (que son de la temporada), en lugar de pasta, tienes medio cocido que sobró de ayer, la gelatina es un misterio que tienes pendiente y respecto a la nata, que tienes la certeza de que hay en la nevera, porque el otro día decidiste saltarte la dieta por octava vez esta semana y eso que estamos a miércoles, no la encuentras y cuando te pones a buscarla te das cuenta de que la tiene él vertiéndola directamente en su boca para comprobar cuanto cabe en ella de una sola vez.
Pero el segundo fallo creo que es aun peor porque tu punto de vista cambia dependiendo de la edad que tienes. Cuando yo vi esta escena por primera vez, fue algo que me propuse hacer en breve, porque era muy "cool", muy sexy...pero, no lo hice. Algunos años después, volví a verla y ya no me pareció tan sexy, de hecho sólo pensaba en cuanto tardaría en recoger toda la comida que estaba tirando y la guarrería que se quedaría en el suelo, y entonces pensé que no era el momento de hacerlo. Más tarde, hubo una nueva oportunidad de verla (es lo que tienen los clásicos) y según él ponía la comida en la boca de ella, yo en lugar de excitarme, iba contando las calorías ingeridas y entonces transformaba las fresas en pasas, el champán en agua, la gelatina en...gelatina, que no engorda, la pasta en pollo a la plancha y de la nata ni hablamos, vamos, que tampoco lo hice.
Total que las escenas de las películas son eso, escenas de películas, porque en la gran pantalla todo queda bien y el sexo, sexy y erótico, lo puedes encontrar en los sitios más inesperados, así que animaros que una nevera española, puede dar para mucho y si tiene fresas para mucho más.
Un saludo y sed buen@s...bueno, hoy, os dejo ser mal@s y se admiten comentarios con escenas que merezcan la pena analizar.
Blogquetera
No hay comentarios:
Publicar un comentario